El
Modernismo se sintió atraído por el exotismo oriental. Por este camino
descubrieron el Tantrismo Indú, que entiende que el placer derivado de la unión
sexual es una forma de comunicación con la divinidad y, por tanto, sagrado. Es
así como el erotismo entró en la poesía desprovisto de todo sentimiento de
culpa o pecado.
Esto
permitió (no sin escándalo) a las mujeres poetas hablar de sexo desde el punto
de vista femenino por primera vez en la literatura culta.
La
primera que lo hizo fue la uruguaya Delmira Agustini. De ella dijo Rubén Darío:
"Pues por ser muy mujer dice cosas exquisitas que nunca se han dicho».
Se
divorció de su marido al poco tiempo de casarse, y él la mató a tiros al día
siguiente.
El
poema es la evocación de un acto de amor, en el que "la llave de oro" y "mi
cerradura" son evidentes metáforas del sexo masculino y femenino.
(Selección
del poema e introducción de Carlos Nuño)
El Intruso
Amor,
la noche estaba trágica y sollozante
cuando
tu llave de oro cantó en mi cerradura;
luego,
la puerta abierta sobre la sombra helante,
tu
forma fue una mancha de luz y de blancura.
Todo
aquí lo alumbraron tus ojos de diamante,
bebieron
en mi copa tus labios de frescura,
y
descansó en mi almohada tu cabeza fragante;
me
encantó tu descaro y adoré tu locura.
¡Y
hoy río si tú ríes, y canto si tu cantas,
y si
tú duermes duermo como un perro a tus plantas!
¡Hoy
llevo hasta en mi sombra tu olor de primavera;
y
tiemblo si tu mano toca la cerradura!,
¡y
bendigo la noche sollozante y oscura
que
floreció en mi vida tu boca tempranera!
Delmira Agustini (1886-1914)
De El libro blanco (Frágil), 1907
ESCUCHA EL POEMA:
Para hacer comentarios haz clic aquí
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si tienes alguna objeción/sugerencia, no dudes en compartirla.
Para nosotros es muy importante conocer tú opinión.
Muchas gracias.