viernes, 22 de mayo de 2020

Delmira Agustini: El intruso


El Modernismo se sintió atraído por el exotismo oriental. Por este camino descubrieron el Tantrismo Indú, que entiende que el placer derivado de la unión sexual es una forma de comunicación con la divinidad y, por tanto, sagrado. Es así como el erotismo entró en la poesía desprovisto de todo sentimiento de culpa o pecado.
Esto permitió (no sin escándalo) a las mujeres poetas hablar de sexo desde el punto de vista femenino por primera vez en la literatura culta.
La primera que lo hizo fue la uruguaya Delmira Agustini. De ella dijo Rubén Darío: "Pues por ser muy mujer dice cosas exquisitas que nunca se han dicho».
Se divorció de su marido al poco tiempo de casarse, y él la mató a tiros al día siguiente.
El poema es la evocación de un acto de amor, en el que "la llave de oro" y "mi cerradura" son evidentes metáforas del sexo masculino y femenino.
 (Selección del poema e introducción de Carlos Nuño)
El Intruso
Amor, la noche estaba trágica y sollozante
cuando tu llave de oro cantó en mi cerradura;
luego, la puerta abierta sobre la sombra helante,
tu forma fue una mancha de luz y de blancura.
Todo aquí lo alumbraron tus ojos de diamante,
bebieron en mi copa tus labios de frescura,
y descansó en mi almohada tu cabeza fragante;
me encantó tu descaro y adoré tu locura.
¡Y hoy río si tú ríes, y canto si tu cantas,
y si tú duermes duermo como un perro a tus plantas!
¡Hoy llevo hasta en mi sombra tu olor de primavera;
y tiemblo si tu mano toca la cerradura!,
¡y bendigo la noche sollozante y oscura
que floreció en mi vida tu boca tempranera!
Delmira Agustini (1886-1914)
                                                   De  El libro blanco (Frágil), 1907 

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