martes, 31 de marzo de 2020

Ida Vitale: Obligaciones diarias

Vincent van Gogh (1853- 1890)

Quien habla en el poema es la Voz que siempre ha tenido sojuzgada a la mujer: sean dioses, hombres o costumbres. Creo que el principio se entiende fácil, pero se complica a partir de "pisa la inclinación ociosa, la ardiente gruta de tu cuerpo", es decir: reprime tu ociosidad y tu sexualidad. Pasa por el ojo de la aguja, con que coses, tus sueños y tus ilusiones. A partir de aquí, la mujer que cose y desenreda una madeja le sugiere el mito de Ariadna, que enseñó a Teseo a salir del laberinto (Otro símbolo), pero tu no serás como ella, que dio nombre a una constelación de estrellas. Ninguno de tus trabajos tendrá reconocimiento.
(UPCM)
(Selección del poema e introducción de Carlos Nuño)
UPCMi
Obligaciones diarias
(...)
Acuérdate del pan,
no olvides aquella cera oscura 
que hay que tender en las maderas,
ni la canela guarneciente,
ni otras especias necesarias.
Corre, corrige, vela,
verifica cada rito doméstico.
Atenida a la sal, a la miel,
a la harina, al vino inútil,
pisa sin más la inclinación ociosa,
la ardiente gruta de tu cuerpo.
Pasa, por esta misma aguja enhebradora,
tarde tras tarde,
entre una tela y otra,
el agridulce sueño,
las porciones de cielo destrozado.
Y que siempre entre manos un ovillo 
interminablemente se devane
como en las vueltas de otro laberinto.

Pero no pienses,
                            no procures,
                                                   teje.

De poco vale hacer memoria,
buscar favor entre los mitos.
Ariadna eres sin rescate 
y sin constelación que te corone.
                                          
 Ida Vitale 

lunes, 30 de marzo de 2020

Pablo Antonio Cuadra: Interioridad de dos estrellas que arden


En el poema  dialogan, después de muertos, un guerrero y una madre. La mujer que muere en el parto y el guerrero que muere por la libertad son el ejemplo mas hermoso de generosidad, por eso el autor, en un ejercicio de justicia poética, los convierte en estrellas que brillan eternamente en el cielo.

(Selección del poema e introducción de Carlos Nuño)
UPCM
Interioridad de dos estrellas que arden
        A MARIO CAJINA VEGA

Al que combatió por la Libertad
se le dio una estrella, vecina
a la luminosa madre muerta al alumbrar.
¿Fue grande tu dolor? preguntó
el Guerrero.
No tanto como el gozo
de dar un nuevo hombre al mundo.
¿Y tu herida dijo ella
fue honda y torturante?
No tanto
como el gozo de dar al hombre un mundo nuevo.
¿Y conociste a tu hijo?
¡Nunca!
¿Y conociste el fruto de tu lucha?
Morí antes.
¿Duermes? preguntó el Guerrero.
Sueño respondió la madre.

domingo, 29 de marzo de 2020

Blas de Otero: Fidelidad


Apunta Schopenhauer que las personas percibimos mejor el dolor que el placer. Hasta que llegan los días de tristeza, no advertimos  que muchos momentos de nuestra vida fueron dichosos.
Estos días de dolor deben servirnos para reconocer tantos bienes que nos da habitualmente la vida y que precisamente, por ser habituales, nos pasan desapercibidos.
Blas de Otero afirma su fe en la humanidad, en la paz y en España en los momentos más duros.
(Selección del poema e introducción de  Carlos Nuño)

Fidelidad
Creo en el hombre. He visto
espaldas astilladas a trallazos,
almas cegadas avanzando a brincos
(españas a caballo
del dolor y del hambre). Y he creído.
Creo en la paz. He visto
altas estrellas, llameantes ámbitos
amanecientes, incendiando ríos
hondos, caudal humano
hacia otra luz: he visto y he creído.
Creo en ti, patria. Digo
lo que he visto: relámpagos
de rabia, amor en frío, y un cuchillo
chillando, haciéndose pedazos
de pan: aunque hoy hay sólo sombra, he visto
y he creído.
                                                    Blas de Otero

sábado, 28 de marzo de 2020

Rafael Sánchez Ferlosio: Vendrán más años malos y nos harán más ciegos


Otro día os mandaré versos de esperanza, pero hoy me puede la desolación
 (Selección del poema e introducción de  Carlos Nuño)

Vendrán más años malos y nos harán más ciegos...
Vendrán más años malos
y nos harán más ciegos;
vendrán más años ciegos
y  nos harán más malos.
Vendrán más años tristes
y nos harán más fríos
y nos harán más secos
y nos harán más torvos.       
                                 Rafael Sánchez Ferlosio

viernes, 27 de marzo de 2020

Hans Magnus Enzensberger: Canción para los que saben


Si lo sabemos ¿Por qué tantos pretextos?
 (Selección del poema e introducción de Carlos Nuño)
Canción para los que saben

sabemos que hay que hacer algo inmediatamente
lo sabemos
pero naturalmente es demasiado pronto para hacerlo
pero naturalmente es demasiado tarde para hacerlo
lo sabemos

que realmente estamos bastante bien
y que así vamos a continuar
y que esto no sirve para nada
lo sabemos

que somos nosotros los culpables
y que no es culpa nuestra que seamos culpables
y que somos culpables por ese mismo hecho
y que estamos hartos con ello
lo sabemos

que quizá no vendría mal callarse un poco
y que a fin de cuentas no vamos a callarnos
lo sabemos
lo sabemos

y que a nadie podemos ayudar verdaderamente
y que nadie verdaderamente puede ayudarnos
lo sabemos

y que somos tan inteligentes
y libres para elegir entre la nada y lo nulo
y que debemos estudiar este problema muy cuidadosamente
y que echamos dos terrones de azúcar en el té
lo sabemos

que somos enemigos de la opresión
y que los cigarrillos han subido de precio
lo sabemos

y que la nación se está metiendo en un tremendo lío
y que nuestros vaticinios se mostrarán ciertos
y que no sirven para nada
lo sabemos

y que todo esto es verdad
lo sabemos

y que sobrevivir no es todo sino muy poca cosa
lo sabemos

y que sobreviviremos
lo sabemos

y que todo esto no es nada nuevo
y que la vida es preciosa
y que eso es todo
lo sabemos
lo sabemos
lo sabemos perfectamente bien

y que lo sabemos perfectamente bien
eso también lo sabemos

Hans Magnus Enzensberger (1929 - )
                                            (Traducción de Heberto Padilla)
De  Poesías para los que no leen poesías, 1962

jueves, 26 de marzo de 2020

César Vallejo: Los heraldos negros


Hay golpes en la vida, tan fuertes... Producen un dolor tan grande... que el hombre, sobrecogido, no puede comprenderlo..
 (Selección del poema e introducción de Carlos Nuño)
Los heraldos negros
Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma… ¡Yo no sé!

Son pocos; pero son… Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros Atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.

Son las caídas hondas de los Cristos del alma
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.

Y el hombre… Pobre… ¡pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa, en la mirada.

Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé!

César Vallejo (1892 - 1938)
De  Los heraldos negros, 1918