jueves, 19 de marzo de 2020

Miguel d'Ors: Pequeño testamento

Puede suceder, ¡ojalá!, que la crisis del coronavirus cambie nuestro sistema de valores y coloque lo humano por delante del beneficio.
El siguiente poema es un ejemplo de la  herencia que me gustaría dejar a las generaciones venideras.   
 (Selección del poema e introducción de Carlos Nuño)
Pequeño testamen to

Os dejo el río Almofrey, dormido entre zarzas con mirlos,
las hayas de Zuriza, el azul guaraní de las orquídeas,
los rinocerontes, que son como carros de combate,
los flamencos como claves de sol de la corriente,
las avispas, esos tigres condensados,
las fresas vagabundas, los farallones de Maine, el Annapurna,
las cataratas del Niágara con su pose de rubia platino,
los edelweiss prohibidos de Ordesa, las hormigas minuciosas,
la Vía Láctea y los ruyseñores conplidos.
Os dejo las autopistas
que exhalan el verano en la hora despoblada de la siesta,
el Cántico espiritual, los goles de Pelé,
la catedral de Chartres y los trigos ojivales,
los aleluya de oro de los Uffizi,
el Taj Mahal temblando en un estanque,
los autobuses que se bambolean en Sao Paulo y en Mombasa
con racimos de negros y animales felices.

Todo para vosotros, hijos míos.
Suerte de haber tenido un padre rico. 
Miguel d'Ors (1946 - )                          .
de Curso Superior de Ignorancia, 1987

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