Pedro
Garfias (Salamanca 1901-Monterrey 1967)
En
Méjico se le han dedicado estatuas, calles y bibliotecas, en España no conozco
ningún reconocimiento, a pesar de que con Primavera
en Eaton Hastings consiguió, según Dámaso Alonso, el mejor poema del exilio
español.
Este
poema, escrito poco después, fue compuesto a bordo del Sinaia, barco en que
llegó a Méjico junto a mil setecientos españoles a principios de junio de 1939.
Es conmovedor.
(Selección
del poema e introducción de Carlos Nuño)
Entre España y México
A BORDO DEL SINAIA
Qué hilo tan fino, qué delgado junco
-de acero fiel- nos une y nos separa
con España presente en el recuerdo,
con
México presente en la esperanza.
Repite
el mar sus cóncavos azules,
repite
el cielo sus tranquilas aguas
y entre
el cielo y el mar ensayan vuelos
de
análoga ambición, nuestras miradas.
España
que perdimos, no nos pierdas;
guárdanos
en tu frente derrumbada,
conserva
a tu costado el hueco vivo
de
nuestra ausencia amarga
que un
día volveremos, más veloces,
sobre
la densa y poderosa espalda
de este
mar, con los brazos ondeantes
y el
latido del mar en la garganta.
Y tú,
México libre, pueblo abierto
al ágil
viento y a la luz del alba,
indios
de clara estirpe, campesinos
con
tierras, con simientes y con máquinas;
proletarios
gigantes de anchas manos
que
forjan el destino de la Patria;
pueblo
libre de México:
como
otro tiempo por la mar salada
te va
un río español de sangre roja,
de
generosa sangre desbordada.
Pero
eres tú esta vez quien nos conquistas,
y para
siempre, ¡oh vieja y nueva España!
Pedro Garfias
Palabras de añoranza y esperanza.
ResponderEliminarMayte