Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana (1648-1695) se convirtió en Sor Juana Inés de la Cruz para buscar en el convento la única libertad posible para una mujer de su condición social en aquel tiempo.
Hermoso soneto de amor. Obsérvese que ese amor a quien llama "mi bien" no tiene género. Seguramente la poeta habla de un amor lésbico.
En la antigüedad se llamaba humores a los líquidos del cuerpo. Aquí ese humor son las lágrimas en las que va disuelto el corazón.
El último verso es uno de los mas maravillosos de la poesía española.
Hermoso soneto de amor. Obsérvese que ese amor a quien llama "mi bien" no tiene género. Seguramente la poeta habla de un amor lésbico.
En la antigüedad se llamaba humores a los líquidos del cuerpo. Aquí ese humor son las lágrimas en las que va disuelto el corazón.
El último verso es uno de los mas maravillosos de la poesía española.
(Selección del poema e introducción de Carlos Nuño)
como en tu rostro y tus acciones veía
que con palabras no te persuadía,
que el corazón me vieses deseaba.
Y Amor, que mis intentos ayudaba,
venció lo que imposible parecía,
pues entre el llanto que el dolor vertía,
el corazón deshecho destilaba.
Baste ya de rigores, mi bien, baste,
no te atormenten más celos tiranos,
ni el vil recelo tu quietud contraste
con sombras necias, con indicios vanos:
pues ya en líquido humor viste y tocaste
mi corazón deshecho entre tus manos.
Juana Inés de Asbaje
(Sor Juana Inés de la Cruz)
NOTA: Este soneto, ubicado dentro de las composiciones de vertiente amorosa de sor Juana, no tiene título.
Como es costumbre, los críticos lo identifican por el primer verso del poema.
Como es costumbre, los críticos lo identifican por el primer verso del poema.
Sin ánimo de "dar la clase" (nunca llegaría al nivel de las del "profe": Carlos Nuño") dejo aquí un comentario al poema. La intención es que me sirva a mí para entender/disfrutar el mismo (y si de paso le sirve a alguien...)
ResponderEliminarEl poema sigue los cánones barrocos; es recargado y artificioso, aunque en él se percibe cierto matiz de ternura y emoción contenidas.
La poetisa (*) muestra un acabado dominio de la técnica, un conocimiento de la estructura arquitectónica de ese tipo de poesía que busca conmover con el empleo del énfasis y la afectación -tal como lo preconizaba la estética barroca-.
El tema central es el triunfo definitivo del amor sobre las vanas apariencias aunque también trata la presencia activa de la mujer en la pareja amorosa y la inevitable existencia transitoria del dolor en la relación entre los enamorados.
(*) ¿Poeta o Poetisa? He aquí una polémica disyuntiva -y más en estos tiempos de "Mee Too" que nos ha tocado vivir- de la que se podría hablar largo...
Seguramente esa es otra historia.