En 1944
Dámaso Alonso (1898-1990) publicó Hijos de la Ira y marcó el camino de la poesía española para los
decenios siguientes.
Recién
acabada nuestra Guerra Civil y en curso
la Segunda Guerra Mundial, su libro da testimonio de una realidad durísima y
angustiada que desmiente los fastos de La Victoria: "Lo escribí lleno de
asco ante la estéril injusticia del mundo y la total desilusión del ser
humano"
En
forma de versículos bíblicos, el poema impreca a un Dios que guarda silencio
ante el sufrimiento y la angustia del hombre.
(Selección
del poema e introducción de Carlos Nuño)
Insomnio
Madrid es una ciudad de más de un millón de
cadáveres (según las últimas estadísticas).
A veces en la noche yo me revuelvo y me
incorporo en este nicho en el que hace 45 años que me pudro,
y paso largas horas oyendo gemir al
huracán, o ladrar los perros, o fluir blandamente la luz de la luna.
Y paso largas horas gimiendo como el
huracán, ladrando como un perro enfurecido, fluyendo como la leche de la ubre
caliente de una gran vaca amarilla.
Y paso largas horas preguntándole a Dios,
preguntándole por qué se pudre lentamente mi alma,
por qué se pudren más de un millón de
cadáveres en esta ciudad de Madrid,
por qué mil millones de cadáveres se pudren
lentamente en el mundo.
Dime, ¿qué huerto quieres abonar con
nuestra podredumbre?
¿Temes que se te sequen los grandes rosales
del día, las tristes azucenas letales de tus noches?
Dámaso
Alonso .
ESCUCHA EL POEMA en la voz de Dámaso Alonso:
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