Tregua es la suspensión temporal de una lucha o
una guerra.
Necesitamos una tregua, (ya la necesitábamos antes de este virus).
Necesitamos una tregua, (ya la necesitábamos antes de este virus).
La forma enumerativa del poema recuerda la de una
letanía o una oración.
(Selección del poema e
introducción de Carlos Nuño)
Tregua
Tregua para bañar el
pensamiento, para lavarlo y perfumarlo, para raspar
la rémora de sargazos.
Tregua para quien bebe un
vaso de vino y la nostalgia le obtura la gar-
ganta.
Tregua para quien pide amor
y le dan una piedra de sílex.
Para quien se acuesta solo
y confunde su olor con el cuerpo
de otro.
Tregua a los que han
llevado a la plaza pública los diminutos
goces del esclavo.
Para quien cabalga una
jornada y encuentra una fuente y el
agua es morada y sabe a besos.
Para quien tiene un arpa y
la toca con los picos brunos de las
golondrinas.
Tregua para la llave que
intenta penetrar la alacena tapiada.
Para quien pide un beso y
le dan un estuche de saliva.
Para quien abandona el
hogar y sostiene su pie en páramos de
viento.
Quien enciende una lumbre
con los despojos del
amor que insiste.
Quien ha crecido entre
rastrojos y planta un olivo y todavía
le asiste la esperanza.
Quien tiene la espalda
plateada por el silicio amante de una
lengua ausente.
Tregua para la noche
abierta a la decepción y al tedio.
Tregua para dios,
mientras se cambia de disfraz y está desnudo.
María Rosal
(NOTA: El texto se presenta con la composición y los encabalgamientos de la primera edición impresa en Hiperión Poesía)
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